¡Buenas noticias! En las organizaciones todos tienen algo en común
 
003 Good news Marisol Menendez.jpeg
 

Ver post en Linkedin

En un post anteior hablé sobre emprendimiento y emociones. Podemos ser testigos día a día de la importancia de la confianza y la conexión.

Durante más de 10 años he estado rodeada de emprendedores. He tenido la fortuna de conocer cientos de emprendedores en todo el mundo, en todas sus etapas y enfrentando toda clase de retos. Hay muchos mitos alrededor de los emprendedores: trabajan mucho más que cualquiera, les gusta el riesgo, no tienen vida personal… Yo he podido comprobar que como en muchos otros casos, hay de todo tipo de perfiles. Pero hay una cosa común a absolutamente todas las empresas: todas están fundadas por personas. 

Parece que en el frenesí de los desarrollos tecnológicos, en las novedades de la inteligencia artificial, análisis de datos, aplicaciones móviles y comercio electrónico, nos olvidamos de que los que los gestionan son humanos. Y es crítico no olvidarnos de esto, pues las emociones dan forma a nuestros proyectos. Miedo, ira, angustia, orgullo, agobio, lucha, alegría… Un emprendedor siente todo esto y más en una montaña rusa de emociones que vienen de la mano de la intensidad de hacer un proyecto nuevo. Esta intensidad es tal que es muy conocida la alta tasa de divorcios en las startups. Durante el máster uno de los profesores nos dio un consejo: antes de emprender habla con tu pareja de cómo gestionar la ausencia mental.


Pero además de trabajar con sus propias emociones, tiene las de sus socios. La mayor parte de las startups están fundadas por al menos dos personas, idealmente tres. Dicen que es casi más importante seleccionar a los socios adecuados, que a tu cónyuge. No se si sea verdad, pero cierto es que es intenso. En los inicios, se pasa mucho más tiempo con los socios que en familia. Tiene que haber plena confianza, construir sobre los errores, celebrar los éxitos, y tomar decisiones duras. En empresas que ya llevan rodando un tiempo, ver a los socios interactuar es como cuando ves un matrimonio que ya se conoce y comparten cosas hasta con la mirada.


Y si seguimos añadiendo ingredientes al caldo, tenemos a los empleados. La interacción entre ellos y con ellos, sobre todo en las fases iniciales que las empresas son pequeñas, tiene un gran impacto. Y así parece más difícil mantener el mantra de la película “El Padrino”: “No es personal, son negocios”. 

Todas estas son dinámicas internas, que son como capas que construyen la personalidad de las empresas dotándoles de su personalidad individual y de equipo. Pero, parafraseando al gran Michael Ende: “Esta es otra historia, y será contada en otra ocasión”.

#openinnovation #emociones #startups